miércoles, 1 de mayo de 2013

Francisco, el Papa argentino


Sin lugar a dudas, el comienzo de 2013 trajo una bendición para América Latina, principalmente para nuestros compatriotas.

Sucede que el primer Papa surgido de este continente (tras la renuncia al cargo de Benedicto XVI), es nada mas ni nada menos que... argentino.

¿Pero quien es Francisco?

Jorge Mario Bergoglio nació en el seno de una familia católica el 17 de diciembre de 1936, en el barrio porteño de Flores, siendo el mayor de los cinco hijos.
De ascendencia italiana, su padre fue Mario José Bergoglio (contador, empleado en el ferrocarril) y su madre Regina María Sívori (ama de casa).
Bergoglio trabajó brevemente como técnico químico antes de entrar al seminario.
Con 21 años, en 1957, decidió convertirse en sacerdote. Comenzó como novicio de la Compañía de Jesús en el seminario del barrio Villa Devoto y culminó sus estudios en el Jesuita de Santiago de Chile.
Luego, ingresó al curso de Ciencias Clásicas y profundizó sus estudios de historia, literatura, latín y griego.

De 1964 a 1966 fue profesor de Literatura y Psicología en el Colegio de la Inmaculada en Santa Fe y en el Colegio del Salvador de Buenos Aires.

En 1966 Jorge Bergoglio y varios jesuitas de la Universidad del Salvador fueron los directores espirituales de “La Guardia de Hierro” (agrupación juvenil peronista de trabajo barrial, que se disolvió formalmente en 1974) después de la Noche de los Bastones Largos. 

Cursó estudios, entre 1967 y 1970, en la Facultad de Teología del colegio de San José, en San Miguel de Tucumán.  
Fue ordenado sacerdote el 13 de diciembre de 1969, a los 33 años.

El 31 de julio de 1973 fue nombrado provincial de los jesuitas argentinos, cargo que ocupó hasta 1979.

En 1976, durante una nueva dictadura militar en Argentina, varios sacerdotes son víctimas de secuestros, torturas y muerte.

Las acciones de Jorge Bergoglio durante aquellos años, fueron objeto de controversia. Algunas personas lo acusaron de “supuesta relación” con el secuestro de dos sacerdotes de su orden (Orlando Virgilio Yorio y Francisco Jálics), aún cuando ninguna denuncia fue presentada formalmente.
La justicia argentina, por su parte, investigó lo sucedido y rechazó la validez de dichas acusaciones. 
Sobre el caso en el que resultaron víctimas Yorio y Jálics, el Tribunal Oral Federal N° 5 dictó sentencia el 28 de diciembre de 2011, y en el juicio, Jorge Bergoglio prestó declaración testimonial. Entre otros puntos, la sentencia dictaminó que las gestiones realizadas tanto por los superiores de la orden jesuita como por otras autoridades eclesiásticas, persuadieron al régimen imperante de la liberación de los secuestrados.
Varios referentes de la defensa de los derechos humanos, han negado la participación de Bergoglio en dichos asuntos. Diversas personalidades —incluyendo perseguidos durante la dictadura— han afirmado que Bergoglio ayudó a quienes fueron perseguidos.
Entre ellos se encuentra el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, que opinó que no consideraba que Bergoglio “haya sido cómplice de la dictadura”, pero que creía que “le faltó coraje para acompañar nuestra lucha en los momentos más difíciles”. Señaló asimismo que “Hubo obispos que fueron cómplices de la dictadura, pero Bergoglio no”.

Desde 1980 hasta 1986 fue rector del Colegio Máximo, y de la Facultad de Filosofía y Teología de San Miguel.
Luego de un breve paso por Alemania y por Buenos Aires, se radicó en Córdoba durante seis años.

Tuvo una gran actividad como sacerdote y profesor de teología.
Su espiritualidad y carácter, llamaron la atención del cardenal Antonio Quarracino, y el 20 de mayo de 1992, Juan Pablo II designó a Bergoglio obispo titular de Oca y uno de los cuatro obispos auxiliares de la Arquidiócesis de Buenos Aires. 
Cuando la salud de su predecesor empezó a debilitarse, Francisco fue designado arzobispo coadjutor de la misma, el 3 de junio de 1997.

El  28 de febrero de 1998 asume el cargo de arzobispo de Buenos Aires.

El papa Juan Pablo II creó a Bergoglio cardenal presbítero de San Roberto Belarmino el 21 de febrero de 2001. 

Por ser arzobispo de Buenos Aires, era también miembro de la Conferencia Episcopal Argentina, de la que fue presidente en dos períodos consecutivos.
En 2005, el cardenal Bergoglio, autorizó la tramitación de la causa para la beatificación de los seis miembros de los Padres Palotinos que fueron asesinados en 1976 en la conocida “masacre de San Patricio”.
Al mismo tiempo, Bergoglio ordenó investigar la masacre en sí, que se le atribuye mayoritariamente al régimen militar argentino.

Como cardenal formó parte de la Comisión para América Latina.
La Congregación para el Clero.
El Pontificio Consejo para la Familia.
La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.
El Consejo Ordinario de la Secretaría General para el Sínodo de los Obispos; la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica.

Fue conocido por su humildad, conservadurismo doctrinal y su compromiso con la justicia social. Optó por promover el diálogo y acercarse a los distintos colectivos sociales, fuesen o no católicos; así como por reforzar la tarea pastoral en las parroquias, aumentando la presencia de sacerdotes en las villas. Esto hizo que fuese conocido como “el obispo de los pobres”.
Tuvo mucha presencia en actos contra la trata de personas; en favor de las víctimas de accidentes de tránsito, de las tragedias de la discoteca Cromañón (2004) y de la estación ferroviaria de Once (2012). 
Compartió misas con prostitutas, visitó las cárceles y dio libertad para que actuaran los sectores progresistas de la Iglesia.

Un estilo de vida sencillo ha contribuido a la reputación de su humildad: Vivía en un departamento pequeño en vez de la residencia episcopal, renunció a su limusina y a su chofer en favor del transporte público y cocinaba su propia comida.
Disfrutaba de la ópera, el tango, y el fútbol. Es hincha y socio activo del Club Atlético San Lorenzo de Almagro.

Como arzobispo y cardenal, ha sido reconocido por su trabajo al servicio y la defensa de los pobres en Argentina; entre otros, por la directora del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, quien destacó su labor en este sentido.
Ha sido también crítico con lo que llamó un "acostumbramiento" a la pobreza y ha reprochado abiertamente a la sociedad y al Gobierno argentino por no impedir el aumento de la misma, definiéndola de pobreza “inmoral, injusta e ilegítima”, al ocurrir en una nación que posee las condiciones económicas necesarias para evitar esos daños.

Como cardenal (acorde con la postura oficial de la Iglesia sobre estos temas) ha alentado a su clero y a los laicos a oponerse tanto al aborto como a la eutanasia, describiendo el movimiento pro-elección como una "cultura de la muerte" y defendiendo en contraposición, la denominada "cultura de la vida": defender la vida desde su concepción, durante la juventud, la vejez y hasta la muerte natural.
Igualmente, rechaza el uso de anticonceptivos y se opuso a su distribución gratuita por parte del gobierno argentino.
Reconoció estar de acuerdo con las uniones civiles de personas del mismo sexo, aunque no con el matrimonio homosexual.
Mantiene una postura crítica hacia los sacerdotes que no bautizan a los niños nacidos de parejas no casadas o a los hijos de madres solteras, porque “apartan al pueblo de Dios de la salvación”.

Bergoglio, antes de ser elegido papa, presentó su renuncia como arzobispo al cumplir los 75 años, de acuerdo al Derecho canónico.
Tenía previsto jubilarse una vez que fuese nombrado su sucesor y retirarse a un hogar para los sacerdotes mayores o enfermos, donde ya tenía reservada una habitación; para después llevar una vida de oración y de dirección espiritual, alejada del gobierno eclesiástico.

Durante el cónclave de 2013 se lo consideró como un candidato reformista, con edad y capacidad para limpiar la curia. A pesar de ello, no figuraba entre los papables más sonados.
El 13 de marzo, a las 19:06, fue elegido Papa durante el segundo día, en la quinta ronda de votaciones.
Él manifestó su voluntad de ser conocido como “Francisco” en honor del santo de Asís. 

Francisco es el primer papa de formación jesuita y el primero proveniente del Hemisferio sur. 
Mostró una variedad de gestos pastorales indicativos de sencillez, entre los que se incluyen, su decisión de residir en la Casa de Santa Marta, renunciando así al Palacio Apostólico Vaticano, usado por los papas desde Pío X (1903). 
Se aloja en la habitación 201, la cual consta de una cama, un crucifijo, un salón y un baño.

En su primera aparición pública, elevó una oración por su antecesor, el papa emérito Benedicto XVI. Acto seguido, dijo que comenzaba “un camino”, y pidió a los fieles que rezaran “unos por otros para que haya una gran fraternidad”. “Espero que este camino de la Iglesia que hoy comenzamos sea fructífero para la evangelización”. 
También pidió una oración en silencio por él, para que Dios le ayudara en su labor.

El papa declaró posteriormente a la prensa que le gustaría “una Iglesia pobre y para los pobres”.
“Francisco es el nombre de la pobreza, el nombre de la paz, el nombre de quien ama y custodia la Creación”.

El papa pidió a la Congregación para la Doctrina de la Fe que (en la línea de lo iniciado por su predecesor Benedicto XVI) se actúe con decisión en todo aquello que se refiera a los casos de abuso sexual, promoviendo medidas de protección a los menores y ayudando a los que han sufrido algún tipo de violencia. También señaló la necesidad de aplicar las medidas debidas hacia los culpables.


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